Las políticas de primera infancia requieren de escenarios de participación y movilización social para lograr que el Estado, la sociedad y la familia, sean garantes de los derechos de las niñas y los niños en sus primeros años de vida. La participación de las familias en los procesos que tienen que ver con la atención de las niñas y niños resulta muy limitada en buena parte, debido a la ‘idiosincrasia de una sociedad’ que concibe una idea de la primera infancia, en donde la niña y el niño no tiene capacidad de aprender nada antes de ir a la escuela, y una vez llega a ella, debe desarrollarse rápido, aprender a leer y a escribir y estar listo para el ingreso a la primaria (Mesa Temática de Primera Infancia, 2021). Esto supone entonces la necesidad de trabajar en la transformación de esos imaginarios sociales con el fin de que las niñas y los niños sean reconocidos como sujetos de derecho y que la primera infancia sea comprendida como un momento fundamental para el desarrollo del ser humano.

De igual manera, se reconoce un desafío importante fortalecer los espacios de participación de niñas, niños y sus familias, con el fin de que puedan incidir directamente en las decisiones que los afectan en materia de política pública y de la oferta programática. Igualmente, se evidencian retos para profundizar los espacios de participación de las organizaciones no gubernamentales, con el fin de que estas puedan realizar acciones de incidencia orientadas a fortalecer la implementación de la política en los niveles nacional y local.